CON LA LUNA EN EL ROSTRO

Delineo tu cuerpo con mis labios,
pronuncio quedamente tu nombre
en este silencio que cala,
que envuelve mi insomnio,
te pienso, imagino tu figura,
miro tus ojos, me veo en ellos,
pero no estás y aún así
queriendo morder los labios
que hablan con la mudez de mi sueño,
te beso sin tocar tus labios,
y te voy creando en esta añoranza,
que pinta de melancolía mi noche,
pero la luz de sus rayos
entran por la ventana,
besa mi rostro e ilumina
este lecho vacío, que solo tú
amor mío puedes llenarlo,
espejismo, fantasía, ilusiones
o es que tal vez me engaño
para sentirte a mi lado,
sombras, luces, claroscuros,
te traen a mí como inventiva,
creándote  en este mi mundo
donde todo es posible,
vuelvo la mirada a mi almohada,
te plasmo en todo lo ancho de mi cama,
¡te tengo conmigo!,
puedo sentir lo que tanto he anhelado,
percibir el calor que despiden
tus manos, tu boca, tu cuerpo completo,
solo quiero tenerte pegado a mí
recorriendo la sinuosidad de este plano,
y con el zigzag de tus manos
me colmes, volviéndote el convexo
del espejo de mis deseos,
serpenteas con tus ávidos dedos
los bordes que te esperan,
muero en ti dejando que
tus huellas sean mis ganas,
y con lasciva maestría, ¡me envuelves!
placer de hacernos el amor,
gemidos, orgasmos compartidos,
latidos que retumban sin más eco
que el retumbe de nuestros suspiros,
para trascender en nosotros,
y ser lo que somos, amantes
con la luz de la luna en el rostro.