CON LA PIEL ENREDADA

Acoplé-monos mi amor,
procurando que nuestras pieles
queden enlazadas como redes
al urdir-las con un tejido invulnerable
que resista todos los halagos  
obsequiados por mis yemas y tus labios
y quiero como imán a tu lengua
derramando su humedad
mojando ligeramente mis resquicios
para luego ser manantial
en cada uno de mis espacios
ocupados por tu brega,
haciéndome amante de tus apetencias
y con tu hambre saciar la vehemencia,
de mis apasionados impulsos
que me hacen irreflexiva
cuando a amarte mis molinos muevo
con precisa dirección a la saeta
que con mi verbo se conjuga,
al unir tu sensualidad con mi lujuria,
y en cada esquina nuestra,
seamos amalgama de sensaciones
que encrespen los sentidos
con sentires que hagan huella,
conjuremos un embrujo con
aleación de esencias reuniendo
vigor, néctar libertad y voluntades
para fusionarnos sin reservas,
engranando los deseos a las caricias
para que fluyan con o sin manos
y la boca sea el dispositivo donde
nuestra inventiva haga convulsionar-nos
con la vorágine de emociones
que sacuden nuestras aguas y tierra
y en ese instante que precise  
el culmen de la entrega
volvamos a surcar los cielos
ya sin alas solo a cuerpo
abrazados en plenitud completa
y excitando nuevamente a la pasión
sin temores ni reservas.