EN EL MISMO PLANO.

Guardemos el secreto de sabernos
un amor prohibido, más no vetado,
porque nada ni nadie impedirá
que yo te siga amando en este claustro,
ni que tú me ames en lo escondido,
más no entre sombras ni silencios,
porque nuestro amor hace eco;
y el sabernos un amor clandestino
agita mis molinos con el viento
expelido por tu piel y por tus labios,
acrecentando la pasión y la sensualidad
con solo saberte en mi encerrado,
procurando los deseos provocados
por la inquietud de tus manos
cuando en mi las estás rotando,
aprisionándote a mis poros,
aún al confinarte a mis sueños,
los imaginados, los creados, no inventados,
porque siento el oscilar de tus dedos
en mi espalda, en mis piernas, en mis labios
en la cumbre del cóncavo que espera
afanes que nos unen en un lecho producto
de la  insensatez de amarnos sin tocarnos
pero sintiendo las huellas que dejas
cuando en mi estás andando,
dejando a un lado la consciencia
olvidando la  locura de saberte ajeno,
más no extraño, porque conozco el punto exacto
donde explotan tus deseos y los brego,
y bien sabes dónde encuentras
el lugar que me hace volar a tus brazos,
tan solo llegamos a destiempo….
sin ser inoportunos, no amor, no lo somos,
porque el único propósito es la voluntad
de estar entre nuestros brazos,
encontrarnos en las fantasías que creamos,
inventando un aroma no percibido
pero emanado de la pasión y la sensualidad
en el momento de rozarnos en lo imaginado,
cuerpos enardecidos, labios inquietos
que hablan con la mudez de esta danza
contenida en nuestros pies descalzos,
bailándola para desnudar este amor
que agita las pasiones y placeres
de sabernos enredados en un mismo plano.