ABRAZADOS EN PASIÓN

 
Hazme arder a fuego sosegado,
ese fuego capaz de incendiar
los montes y los mares
pero no arrasarlos,
sólo sentir
el calor del fuego con que arde,
hazlo tú… Lento…
 Tan lento que cada braza
despedida por tus labios,
por tus manos, por tus formas,
sea un suspiro, un sorbo de jadeos,
succionando mis inquietudes,
aspirando caprichos, antojos, fantasías…
Que de mi imaginación te inspira
anda…
Deja sea un beso de alientos,
emanando el lascivo incienso
que atice mis deseos,
no quiero quemarme,
tan salo encenderme
a la par de tus motivos,
a partir del denuedo que embista
en el instante de parir mis anhelos,
mi propio atrevimiento,
arrópame con tu libido,
dibuja embozos que disimulen
y a la vez exploten en mi albedrío,
somos sal, somos agua, somos leña
somos naturalezas hirviendo,
toda vez, cada vez, siempre
que de las manos brota la pasión
y el entusiasmo de tenernos,
de estar a cuerpo, libres sin remedos,
dejemos que la llama atice
sensaciones haciéndose un solo verbo,
una voluptuosa hoguera de sensualidades,
en la que muramos y renazcamos
abrazados entre convulsos momentos.