ADUEÑÁNDONOS

Ensordeces mi albedrío,
aturdes mis sentidos,
enajenas la quieta placidez
en la que me encuentro
mientras te respiro… Desvarió…
El desasosiego no escatima,
mi calma se pierde en la cornisa
de la absurda voluntad que dimite
a tus ansias sin recato,
Inquietándome, motivándome
toda vez… Cada vez
que tus ojos me repasan
y tus dedos me sacuden
desnudando mis sentidos,
disimulas tu perfidia y confió
en ti me cobijo
más…
tus aleves roces hablan,
al derramarlos sin sentido,
conmoviéndome
desde el norte hasta el sur
de mi lienzo condenado a tu albedrío,  
despojándome de inhibiciones
y abrazando mi insensata inventiva
que entre rojos encendidos
muere todo recato…
Me despreocupo
ya no pienso ni cavilo
solo imagino en las irreverentes fantasías,
que en tu cuerpo quiero conjugar
cómo el más apropiado de los verbos,
que sin tiempos se abandone a tus sentidos,
haciéndome antojo tuyo,
para saciar tu hambre
en el mismo instante que de mis poros
desprendan los deseos que transpiro
inhalarlos lentamente
acaricia mi ser,
fragmentando tu haber,
para hacerte mío.