CONVULSIÓN DE ANHELOS

Entregándome al ritmo de tu respiración,
el bamboleo me conmociona,
leve convulsión en mis fibras
espasmos que te hilvanan a mis emociones
te agitas, me inquieto,
catarsis de sentimientos y voluntades
que rompe las cadenas de lo encadenado,
abriendo las alas de lo no alado,
sin poder controlar las exaltaciones producidas,
menos aún…
Sin querer dejar de sentirlas,
me abrazas…
con esa libertad con la que tu razón
te hace dar de ti lo que de mi ambicionas,
y yo…
Te envuelvo con el calor de mi piel
sin hacerte mi sudario,
tan solo el lienzo donde esbozo
lo mismo que tú sientes, que tú quieres,
pasión sin aprisionar el entusiasmo,
lujuria sin elucubrar lo indecible…
Mi interior es un retumbe de ecos
que me gritan tus deseos,
y escuchas uno a uno los míos,
con voz baja, tan quedito
que ensordece escucharlos,
y callo y respiras y exhalo y sorbes
para que al cerrar los ojos
pueda manifestarme al son
de mi entrega,
dándome en la sonoridad de tus latidos,
así…
Serás estruendo en mis gemidos,
seré explosión en tus orgasmos,
liviandad de tus pretensiones,
ligereza que encubre al recato
vehemencia que incita a los caprichos,
si, a los más mundanos,
ésos, que juntos conformamos,
armonizando tus sentidos con mis sentires
y mis fantasías con tu inspiración
somos complemento…
Somos fuego entre húmedas brasas
que cavilan ser un solo cuerpo,
para arder de hambre
sin quemar el apetito.