DESPABILÁNDONOS

Me despiertas sutilmente,
con el cálido roce de tu aliento,
se resbala, rodando por mi plano
con la liviandad de un sutil beso
imperceptible pero tangible en mi piel,
tus yemas las deslizas y me respiran,
mis poros escuchan tus jadeos,
sensación que me hace vibrar,
no puedo contenerme, tiemblo,
te miro, tus ojos borbotan pasión
y yo hiervo por dentro,
sin más palabras que tu serpenteo
escribes tus antojos con los dedos,
peticiones a las que no me niego
de un modo opuesto, te pido
te toco, te siento, te respiro,
y te vuelves a mi espalda,
me regresas a tu frente
y tus labios mordisquean mi boca,
mientras…
Me acaricias por la espalda,
dejando sentir que repasas las huellas
que la noche anterior impregnaste
y que aún huelen a ti, a mí, a tus faenas,
te detienes… A mi sosiego lo alteras,
encrespas mi pecho, aves que mis puntas
te llaman, aspiras y callas,
cierras los ojos y mi temblor guía
a tus manos hacia mis muslos
rasgas mi cubierta con la fricción
que tus yemas acuerdan,
separas, versas el canto de espera,
juntos aguardamos y un beso se escapa
entre jadeos que mueven las ansias
sellando los orgasmos que cantan.