DIÁLOGOS NO DECÁLOGOS

 

No tengo mandamientos para amarte,
simplemente dejo fluir a mis sentidos,
con la libertad con la que corre un líquido,
haciendo surgir las humedades,
que tú mismo has movido,
son ellos los que me encaminan
a alzarme en ansias y emociones,
abrazada a los tendones de tu carne
a las fibras de tu interior
que de urdimbre en mis espejos hilan,
sintiendo la cutícula de
tus caprichos y la querencia
unidas a lo que inspira,
enlazadas a tus propias ambiciones,
y es el esbozo de mis dedos
y los trazos de tus labios
que dictan libidinosas insinuaciones
haciendo eco en todas nuestras pretensiones,
retumbe que provoca tus latidos
y en mis latidos se trovan tus canciones,
haciendo un juego entre amantes
donde amarse no tiene un decálogo,
¡Que darse es exacto!,
No existen reclamaciones ni demandas,
pues entre sueños e ilusiones
son las fantasías las que hablan,
y soñamos y nos damos y deseamos
y aparecen si… Aparecen como hechizo
de los instintos y la pasión exalta,
cuando entre alientos y deslices
nuestras naturalezas viven lo que gozan,
sin alevosías ni fatuas normas,
solo dejar que los cuerpos dialoguen,
compartiendo sus deseos y codicias.