FRUICIÓN

 
Pequeños suspiros queriendo
ser besos,  viento de tu  aliento,
desafiantes deslices fortuitos
de tus labios y manos sin menguar  
las caricias, que estás cavilando;
escapándose de tus deseos,
dilatándose sin freno
 que por pequeñez iluminan
a la naciente lascivia,
estimulando a la  libido,
que estás transpirando y me humedeces
sumergiéndome en ese mar de halagos,
entonces…
Me despojas de emociones,
desnudas una a una mis sensaciones
con la diáfana claridad  
que a un pétalo de rosa se le deshoja,
caen alevoso tus requiebros
como el agua en cascadas sin tiempos,
así… Sin reservas  acaricias mi plano,
alzando el  vuelo más allá de lo humano;
y a la pasión la nombras y me dotas 
¡Insensato!
Cual ave sin rumbo surcas mi cielo,
mi tierra, mi cuerpo,
rompiendo la paz de mi sosiego
cascando a mis nervios,
intranquilidad que gozo, ¡Me agito!
Deleite supremo…
Al sentir que tus yemas me visten
de deseos lascivos, andando  aquí
recorriendo allá,
por todas las partes donde
se pierde el silencio;
y mueves con atinada certeza
las formas dónde  te quiero,
si… Anhelo-te…
Pegado, ceñido siendo complemento,
cuerpo entero en mi cuerpo,
encauzando en mis instintos
los impulsos que agitan las ancas
que ya están en tu costado.