LA NOCHE Y EL ALBA

 
Termina la larga noche
y con el alba cuesta arriba,
abrazas mi desvelo, cobijas al deseo
que ufanamente brota por mis poros,
sin brevedades,  lo respiras sin remedio,
te hablo de mis lúdicos antojos
a medida que tu aliento me toca,
motivándome a susurrarte al oído
lo que de ti me apetece,
viento suave aparenta al aire,
atrayendo un descarado murmullo,
que te dicta lo que quiero;
sin celeridades te pido con certeza,
que me tomes entre tus brazos
abandonando la cautela y prudencia,
para pegarme a tu palpito,
haciéndote temblar con la incitación,
que mis anhelos te profieren,
al tiempo que a tu tiempo
vibro elocuente, seductora
hechizo sin querer serlo
y soltando de los labios
el musitar que a tu calor tejo,  
delicado fuego  que propago,
siendo alquimista de ese fuego
que entre aguas humedece
manantial que te embelesa
porque a corrientes toma fuerza,
nos prende y somos inciensos
de nuestras propias esencias,
incitando a la libido impeler lujuria
con sensuales gemidos,
que explotan como orgasmos.