PROVOCACIONES

Soliviantas alevoso mis emociones,
con sólo rozar mis labios con la liviandad
de tu lengua, con la humedad de los bordes,
que ciñes en la cornisa que te espera,
mojándome la boca,
con cada vuelta que serpenteas
y reptándola con suave presión,
me agitas y desasosiegas, ¡Tiemblo!,
sintiendo que mi cuerpo se encrespa,
mi vientre se alborota con tu incitadora
caricia, pidiéndote que continúes resbalándola
y mordiéndome con la pauta que no frena,
rotas, vas, vuelves y regresas, me recorres sin reserva,
deslizándote,  por cada parte de mi tierra,
excitando mis sensaciones cuando son tus yemas
las que hablan en silencio con mi cubierta,
trovando la lujuria que en versos me sabe bien,
porque tu savia me sabe a yerba fresca,
o cuando entre líneas me conjugas tus caprichos,
y los haces verbo sin contar más nada
que las ganas que no te frenan,
entonces …
Mis poros desesperan y gritan de pasión,
mientras dialogas con besos, que me incitan
a ser la concubina de tus anhelos,
queriendo que recorras  todos los resquicios
que encuentres, para hacerme total presa
de esos antojos que tu hambre me convida,
y los colmas…
Y henchidos de ti, no postergan
la avaricia de tenerte enredado entre mis piernas,
te hago urdimbre del hemisferio que remas,
copulando al mismo tiempo la sensualidad
que se desborda, que se alborota con las aguas
de tu mar embravecido con olas que me mecen,
abrazada a tu erotismo y tejida a los gemidos
que orgasmos suelten sin reservas
respirando los jadeos que provocan concupiscentes
suspiros que en un beso se nos quedan.