RÁSGAME LA PIEL LENTAMENTE

 
Rásgame la piel con tu boca,
has con mis poros surcos que absorban
la savia de tu húmeda lengua,
invítame a tu apetencia,
dámela destilando
tus deseos y gota a gota,
 lléname de ellos,
has de mi voluntad tu presa,
que la razón
la he perdido al respirar
el viento de tu aliento
bésame …
Hasta desgastar mis labios
con el roce de cada uno de tus besos,
deshila mis fibras con las suaves yemas
de tu alevoso deseo,
sacudiendo a mis instintos,
¡Estreméceme!
Con el roce del deshilo,
siente el latido de mis arterias
que en pulsaciones vierten mis sentidos,
pulsaciones que te incitan
a moverte con mi movimiento,
desdevana a mis emociones,
haciéndome maleable ovillo
que en tus brazos se acomoda
y con tus caricias desenreda
los caprichos que me aquejan,
cada movimiento de mi piel
respira tu esencia,
irguiendo a mi pecho
de la forma que alzo el vuelo
sorbe catando la miel
derramada con tus deslices,
piérdete en las sinuosidades de mi cuerpo
que se vuelven fuego cuando hundes
las yemas de tus dedos,
y sin querer cesar la hoguera
o que amainen los jadeos,
tan solo…
Desata los orgasmos como huracanes
que nos hagan surcar del paraíso
hasta el clímax de nuestras inquietudes.