SIN TOCARNOS...

Sin tocarnos…  
Los dedos gritan con desasosiego,
envolviéndonos con el sonido
del tiritar de su meneo,
que estremece a los sentidos,
ágiles danzantes sin freno,
sin sigilo, buscando encallar
donde la lujuria no erosiona
todo lo contrario, se acrecienta,
como ráfagas de anhelos,
torbellinos que retumban
silenciosamente
cuando alevosas se mueven
las yemas que deseosas
se desposan con la piel,
y capa a capa desvelan emociones
afanándose sin más deslices
que el viento conferido en su andar,
siguiendo el aroma de lujuria
que se desprende sin recelos
haciéndonos vibrar,
sin disimular…
Los caprichos que se ciernen,
en los alborotados poros
hablan cómo ufanos antojos  
que en su vehemencia incitan
cada uno de los senderos por tocar,
y en la levedad de su deambular
aspiran los suspiros que transpiran
concupiscencia, que se empalma
al ungirse en los instintos
incitando a la pasión por sabernos
cerca encuadrados en los pechos,
que encierran los jadeos y gemidos
magnetismo que los hala sin cesar,
embriagándonos con las mieles derramadas
que en humedades ceden,
rindiéndose, soltándose en olas,
que desenfrenadas rotan
sin culpas, solo mitigando el placer
de estar entre brazos haciendo eje
tu centro con mi tierra.