TE EXTRAÑO CARIÑO

Te siento tan en mí, tan cercano,
sin querer pensar,  que estás lejano,  
pero te percibo, te miro, te quiero,
te deseo, te extraño mi cielo,
si bien, cuándo entre suave brisa,
las caricias del viento
se deslizan por mi cuerpo,
recordándome a ti…
A todas las veces, que me han andado
tus manos, tus labios, tu lengua,
exilio esta nostalgia que me besa,
con un ósculo abrupto y llano,
que en soledad sin vacíos, te abrazo,  
sé que volverás tal vez mañana
o un día después de que la luna arda,
y el sol me dé la cara,
llegarás y los afanes gritarán lo reprimido,
fluyendo cómo este amor,
que nació sin querer serlo, pero es,
y mis ansias te esperan amor mío
cómo las tuyas a mí a la vez,
melancolía que hace arder  mi cuerpo,
porque en tus huellas te recuerdo,
froto mi piel y te huelo,
y el deseo vuelve a apoderarse
de mi consciencia,  hoy endeble,  
porque,  quiero tenerte entre mis brazos,
y entre mis piernas seas mi eje,
y hoy no te tengo, aunque te sepa,
y aunque entre voces en silencio
tu voz me acaricie diciendo “te extraño”
no estás,  más sin embargo estás,
mágica palabra que me hace revivir
encuentros donde  los anhelos
fueron derramados incesantes,
cómo trombas, cómo huracanes
sin ojo y sin centro,
y me encuentro, respirándote,
aspirando el aroma,  que despides,
incitando y excitando a estas ganas
locas de tenerte encima de mi plano
y hacer el amor cómo si el mundo
se acabará el día de mañana,
y eternamente entre orgasmos
besar tu aliento y respirarlo.